Sismología


     La sismología o seismología (del griego seísmos = sismo y logos= estudio) es una rama de la geofísica que se encarga del estudio de terremotos y la propagación de las ondas mecánicas (sísmicas) que se generan en el interior y la superficie de la Tierra.
     El fenómeno de los terremotos se designaba en griego por o seismos tes ges, que se tradujo al latín por terrae motus, de donde se deriva la palabra española.
     Sismología significa, por lo tanto, la ciencia de la agitación, sobrentendiéndose de la tierra o ciencia de los terremotos.
     El término mismo de sismología se empezó a utilizar hacia mediados del siglo XIX y ha pasado a todas las lenguas. Anteriormente, se usaban otras expresiones tales como tratado o estudios de los terremotos.
      El gran terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755 que causó la destrucción de esta ciudad, produjo un gran maremoto o tsunami y fue sentido a grandes distancias, constituye el punto de partida de la sismología moderna. J. Michell, en 1760, es el primero en asociar la agitación de los terremotos con la propagación de ondas elásticas en la tierra.

     Esta idea fue desarrollada por T. Young en 1807 y J. Milne en 1841. Las descripciones de los daños causados por grandes terremotos y la recopilación de catálogos de terremotos se remontan a la antigüedad. Entre los primeros catálogos de terremotos de todo el mundo están los compuestos por J. Zahn en 1696 y J.J. Moreira de Mendonça en 1758. Los catálogos modernos se inician hacia 1850 con los trabajos de R. Mallet y A. Perrey.
     R. Mallet con su estudio del terremoto de Nápoles de 1857 puso las bases de la sismología moderna. Desarrolló la teoría del foco sísmico a partir del cual se propagan las ondas en todas las direcciones y relacionó la ocurrencia de los terremotos con la ruptura del material de la corteza terrestre. Geólogos como C. Lyell y E. Suess relacionaron los terremotos con las fallas y, a principios de este siglo, F. Montessus de Ballore y A. Siebeerg asignaron la causa de los terremotos a los procesos tectónicos y contribuyeron a muchos aspectos de la sismología.

     A partir de esta época comienzan los primeros estudios de la propagación de ondas símicas en el interior de la tierra, debidos a R. D. Oldham, K. Zöppritz y E. Wiechert y los primeros modelos de su interior, basado en datos sísmicos propuestos por B. Gutenberg, en 1914, H. Jeffreys y K. Bullen, en 1930, y J. Macelwane, en 1939. Los primeros instrumentos de observación de las ondas sísmicas, basados en la oscilación de un péndulo se empiezan a utilizar hacia mediados del siglo XIX y, a finales, los primeros sismógrafos con registro continuo.

     Entre los primeros nombres asociados al desarrollo de la instrumentación sísmica están J. Milne y F. Omori con el péndulo inclinado, E. Wiechert con el péndulo invertido, B.B. Galitzin con el sismógrafo electromagnético y H. Benioff con el de reluctancia variable.
     Desde 1940 hasta nuestros días, la sismología ha experimentado un rápido desarrollo. Este desarrollo se puede dividir en dos grandes apartados, el primero estudia los mecanismos de la generación de los terremotos y el segundo la naturaleza de la propagación de las ondas sísmicas en la tierra. En ambos casos, el desarrollo comprende los aspectos teóricos y de observación.
     En cuanto al mecanismo de los terremotos, los modelos han evolucionado desde los modelos simples de focos puntuales a los que representan el fenómeno complejo de la fractura del material de la corteza terrestre.
     En la propagación de ondas sísmicas en la tierra, tanto internas como superficiales, a los modelos sencillos de capas de velocidad constante o con variación de la velocidad con la profundidad, han sucedido los modelos heterogéneos en tres dimensiones con atenuación y anisotropía.
  
     Estas consideraciones permiten hoy establecer modelos realistas del interior de la tierra en tres dimensiones, deducidos de las observaciones sísmicas, las cuales han progresado con el desarrollo de la instrumentación que ha pasado de los sismómetros mecánicos con registro analógico, a los de banda ancha con amplificación electrónica y registro digital que permiten con un mismo instrumento registrar un espectro amplio de frecuencias.

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